martesdecurso
Hoy dejé tarea: los números del 21 al 99, en una cuadrícula de diez por nueve columnas. Los problemas afloraron: y si no me cabe?, no tengo regla, etcétera. Llegué al salón tarde porque estaba en el baño. Entré con un jelou!-jelou! (a mi parecer, casual), seguido de una perorata en inglés la cual me vi obligada a frenar ante las caras de what. Mi nervio se tradujo en un calor menopáusico al tiempo que empezaba a dejar fluir las actividades del día. Lo más divertido? Dibujar monstruos y correr al pizarrón para escribir números. Los detalles del día? Gritos que hicieron terminar un juego, un niño que dibuja letras cual grafitero chingón (pero que dibuja tooodo el tiempo), y otro que escribe lentíiiisimo para haber pasado a primero de secundaria. Así y todo, ellos no serán mis alumnos durante el año. Esto fue sólo un uno-dos-tres-probando, un propedéutico, un chance para darme cuenta que una hora con treinta y cinco niños en pupitre rinde muy poco.
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