miércoles, mayo 18, 2005

ayeres.II.

me despierto no sé cómo, y veo: diez para las cinco. mierda! entro a las cinco! me levanto rápido y glub,glub,glub al jugo de naranja en el tocador. mi pelo, mi brasier, mi celular, unas chanclas, otra bolsa. olvídalo! iré al baño en el hotel, después de checar tarjeta. salgo al coche y empiezo a sentir el calor que sube, el sudor en mi cuello... no quiero al dolor de cabeza de nuevo conmigo. manejo, manejo, glorieta. los saludos en la radio son para los que están disfrutando esta tarde. malditos! los envidio. yo no estoy disfrutando nadita esta tarde. estoy corriendo, como es costumbre. (por qué me entregué a esta pésima costumbre?). avanzo y pienso en coches y choques: chocaron los de mi universidad; chocaron en otro rincón del país. yo llevo casi tres años dignos de choque y nada. no es por salarme pero creo firmemente en que mi buena estrella se está hartando, y me he puesto un ultimatum para dejar de prisear (tanto). la cosa igual es que en la mañana salí del hotel habiendo checado diez minutos antes de lo debido. todo con tal de llegar a mi entrega en la universidad. quería compensar el tiempo ahorita en la tarde pero lo único que compensé fueron los madrazos a la pobre trokita: en uno de esos giros rumbo al tercer piso del estacionamiento, destinado a los empleados, mi excelsa falta de cálculo atinó azotar la llanta con la banqueta, borde o como se le llame a ese cemento. perfecto! más sustos. en definitiva, la histeria colectiva de fin de semestre se me está pegando. digestión truncada, llegué de la uni para ingerir lo que veinte minutos permitieran antes de cerrar los ojos igual tiempo. cefalea , dice el doc, debido al estrés. de paso también me duele el cuerpo, como por ahi de los pulmones. deber ser por toser tanto. ya qué. de igual manera envidio a los sanos. varios en mi familia no lo están. parejura? mi tía que se desploma sin darse cuenta, mi prima con una posible alergia al polen de granada debido a la falta de lluvias (eso sí que suena a caricatura romántica), y yo probando el posmoderno tratamiento del antes citado doc: hacer nada (o sea, tomar agua y ya). la neta ya no sé bien qué pensar. y me preocupa, no tanto mi malestar físico-crónico (aunque ahora valoro supremamente las cinco letras de la semántica salud) sino mi cerebro que anda como que atrofiado. numb. estudiar, lo que se dice estudiar, se le dificulta. no logra concentrarse (nótese el cambio de persona) por andar con su pendientología. yo creo que eso no está bien, y realmente espero poder bajarle la velocidad a este maratón (que no es de nadie, sólo mío) y dejar de envidiar a quienes se visitan, conversan y cafetean en las tardes.