viernes, mayo 21, 2004

Mírame y no me toques, ASA 800.

Descansen en paz, las tantas horas retacadas de ansiedades académicas y laborales. No que vayan a estar ausentes durante la semana que viene ni mucho menos, pero me da gusto anunciar que hoy es viernes; no tanto por la asociaciòn libreimpuesta que muchos hacen: viernes-descanso-desmadre-shubidubi-shalalá, sino porque sé que sobreviví al siete de mayo con secuelas positivas; sé que sigo con trabajo (canalizadas las ganas de darle cuatro trompadas al jefe y un gran golpe bajo al pseudosubjefe anexo); sé que papelito no tanto que hable como que me va a depositar en un vuelo bien merecido; sé que de aquí palante sigo siendo yo y mis circunstancias; sé que la lucha es tan fuerte que nunca añora regresar al útero materno ni durante situaciones extremas; sé que las sorpresas no son siempre malas; sé como colorear mejor las fotos en photoshop; sé que hoy, durante estas horas viernéticas-vináticas-ma-mi-me-conmigo... ego, yo y superyo se turnan para sacar a bailar a la nerd, a la pirux, a la abuela, a la niña, a todas-todititas mis celulas celulíticas que lloran de alegría mientras sambean, salsean y mantienen un swing de cachetito. La luz es tenue y el bum-bum-bum persiste a pesar del tráfico exterior.