jueves, junio 24, 2004

inoportunada

desperté y empecé a caminar hoy con el pie izquierdo. después de los olvidos, los pendientes y las vueltas, quise tomar una siesta. me gustan las siestas porque, cuando se da su ocasión, representan un despertar sin compromiso, ni prisas; en mi experiencia. pero son más las mariposas, los gusarapos y los murciélagos que revuelan mis intestriores. collage, melange, courage. treinta y muchos grados afuera. el máximo dentro. un coctel de anticongelante, por favor... so pena de desvielar. la-la-la. shakira desde tercero de secundaria (mío) hasta la fecha. me gusta, y qué? mínimo cuando canta sus cortavenas, pone cara de perrita triste y abandonada. no como los nuevos grupillos del mtv: sin sonido, juras que la canción es de lo más rebelde con-o-sin-causa, a juzgar por los brincos, destrozos e instrumentos. subes el volumen y un tipo está a punto de dagarse por una vieja. el jefe hoy le hechó ojo a mi programa de inglés. que está ¨bastante bien¨. ahuevo. nomás me falta hablar con medio mundo para coordinar los horarios y conseguir el material. han pasado varios meses y temo haber perdido la práctica. jelou, jelou, jelou... ello es una de esas cosas en que uno crea de la nada y con los todos pequeñitos del tablado, pero que simplemente hoy no constituyen más que un suplemento vitamínico. literal. de entre todo lo ocurrido hoy: artrítica, ciega y con tumor, fue puesta a dormir Pelusa. me enteré porque me lo dijo mi hermana. si no... en fin... en verdad tengo mucho miedo a los accidentes vehiculares. todos los días veo coches destrozados. imagino los pasajeros en un antes y un después inesperado... y me parece todo-todo-todo tan absurdo. hoy sí, quedo más expuesta que calle a las seis cuarenta y cinco de la mañana. pase, pasee... cuidado con los tréboles: no los vaya a pisar. como he hecho desde hace sendos meses, sin soñar con camiones, aviones, maletas, viajes, fotografías, músicas, olores... acaricio mi alma con un combo de hamburguesa-papas-y-refresco amalgamando sabores.